Ingredientes (4 raciones):
- 100 g de lentejas crudas.
- 1 remolacha cocida (cocida o sin cocer).
- 2 diente de ajo.
- 1 cucharada de sésamo.
- 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra.
- 1 cucharilla de comino.
- 1 cucharilla de pimentón de la vera.
- 1 cayena (opcional).
- 1 limón exprimido.
- 1 pizca de sal.
Elaboración:
El humus, tradicionalmente se hace con garbanzos, pero en este caso vamos a prepararlo con unas lentejas rojas, que al no tener piel son aptas para todas las personas que puedan tener problema para digerir alimentos elevados en fibra. Este es solo un ejemplo del partido que podemos sacar a la hora de consumir legumbres, ya que además de los tradicionales guisos podemos utilizarlas en entrantes, pates o incluso postres.
A diferencia del resto de legumbres, no es estrictamente necesario poner las lentejas en remojo, aunque siempre es recomendable hacerlo para conseguir los mejores resultados.
Coceremos las lentejas y en caso de que la remolacha la hayamos comprado cruda, la coceremos también en una olla aparte.
Mientras se cuecen, tostaremos el sésamo en una sartén.
Pelamos los dientes de ajo y les quitamos la parte central.
Acto seguido, escurrimos todo y mezclamos en el recipiente donde lo vayamos a triturar. Echamos los ajos pelados y sin el germen, el comino, el sésamo tostado, el pimentón, el limón y el aceite.
Añadiremos también sal y cayena molida (opcional) al gusto.
Añadiremos algo de agua según veamos necesario para que nos quede con la consistencia que nos guste.
Para servir decoramos con unas semillas de sésamo y más pimentón. ¡Y listo!
El humus, tradicionalmente se hace con garbanzos, pero en este caso vamos a prepararlo con unas lentejas rojas, que al no tener piel son aptas para todas las personas que puedan tener problema para digerir alimentos elevados en fibra. Este es solo un ejemplo del partido que podemos sacar a la hora de consumir legumbres, ya que además de los tradicionales guisos podemos utilizarlas en entrantes, pates o incluso postres.
A diferencia del resto de legumbres, no es estrictamente necesario poner las lentejas en remojo, aunque siempre es recomendable hacerlo para conseguir los mejores resultados.
Coceremos las lentejas y en caso de que la remolacha la hayamos comprado cruda, la coceremos también en una olla aparte.
Mientras se cuecen, tostaremos el sésamo en una sartén.
Pelamos los dientes de ajo y les quitamos la parte central.
Acto seguido, escurrimos todo y mezclamos en el recipiente donde lo vayamos a triturar. Echamos los ajos pelados y sin el germen, el comino, el sésamo tostado, el pimentón, el limón y el aceite.
Añadiremos también sal y cayena molida (opcional) al gusto.
Añadiremos algo de agua según veamos necesario para que nos quede con la consistencia que nos guste.
Para servir decoramos con unas semillas de sésamo y más pimentón. ¡Y listo!